Casa señorial de grandes dimensiones

Una residencia señorial con alma de escenario. Enclavada junto al mar, esta imponente casa de estilo parisino se erige como un testimonio intacto de la elegancia arquitectónica de finales de los años 70. Con una silueta majestuosa de cuatro plantas, techos abuhardillados y una construcción sólida y atemporal, esta propiedad ofrece una ambientación genuina, refinada y profundamente evocadora. Sus generosas estancias, colmadas de luz natural, conservan intactos los acabados originales: molduras nobles, suelos clásicos y detalles de época que confieren a cada rincón una atmósfera cargada de historia, distinción y melancolía escénica. El corazón de la casa lo ocupa un espectacular salón de 86 m² que parece concebido para el cine: presidido por una chimenea señorial de gran porte, con una elegante barra de bar integrada y varios ambientes que permiten construir múltiples narrativas visuales. A su lado, una cocina de 25 m² con barbacoa incluida se presenta como un espacio versátil, cálido y lleno de posibilidades. La vivienda cuenta con cuatro habitaciones en la primera planta, todas ellas con vestidor, incluyendo una suite principal de 35 m² con baño en suite, rebosante de carácter y sutil teatralidad. En la planta superior, dos buhardillas con techos muy altos completan el recorrido escenográfico: una de 56 m², ideal como ático creativo o espacio íntimo de rodaje, y otra de 35 m², igual de luminosa y evocadora. Al aire libre, la residencia ofrece una terraza de 80 m² con aire romántico y un amplio patio de aproximadamente 200 m², actualmente presidido por canastas de baloncesto, perfecto para escenas de exterior o ambientaciones deportivas. El garaje, de más de 200 m², alberga varias estancias adicionales —habitaciones, baño, gimnasio— que completan el abanico de posibilidades escénicas de esta magnífica propiedad. Todo ello rodeado por un exuberante terreno de 600 m², cuidadosamente poblado de palmeras, árboles maduros y una diversidad de especies vegetales exóticas que confieren al conjunto una atmósfera selvática y onírica, capaz de transformar cualquier plano en un cuadro de extraordinaria belleza visual. Más que una vivienda, es un plató en sí misma: una localización con alma, cargada de historia, personalidad y dramatismo visual. Un enclave perfecto para directores, productores y creadores que busquen autenticidad, sofisticación y una atmósfera única en la que el tiempo parece haberse detenido.