Vivienda unifamiliar singular

Si estás buscando un espacio luminoso, amplio y a la vez acogedor, donde la altura de los techos ofrece una amplitud y una luz inusual y donde los materiales y los colores buscan un contacto cálido, este es tu lugar. Esta casa familiar aparece cubierta por un juego de tejados que recuerda las velas de un barco y que interiormente ofrece una gran altura de techos y unos grandes ventanales abiertos al sur para maximizar la presencia de la luz en el interior. Dentro, la madera y los colores tierra/arena dan a los distintos espacios un ambiente cálido y recogido. También la presencia del color negro en algunos elementos constructivos y decorativos aporta una nota de solidez. Los suelos son de madera, moqueta y baldosa. Por fuera la casa está pintada de rojo y ofrece alguna fachada de granito con la carpintería y persianas en negro. La vivienda se divide en dos plantas. En la de arriba hay un estudio acristalado con terraza, dos amplios dormitorios y un baño (todos con techos de madera abuhardillados muy altos). En el piso de abajo se encuentra el salón de doble altura y la cocina, separados ambos por una escalera de madera central con velux. Detrás está el dormitorio principal con su baño y otro dormitorio con un baño de servicio separado. Fuera hay un jardín natural y una zona entarimada junto a la puerta de la cocina donde se replica el juego del tejado con velas textiles. También hay un estudio independiente que funciona como pequeña vivienda. La atmósfera general de la casa es íntima y agradable y como espacio ofrece múltiples posibilidades visuales con contrastes de luces, alturas y planos distintos.